martes, 1 de noviembre de 2011

Las nuevas fuentes de energía que impulsaron la Revolución Industrial

Entre las causas de la revolución industrial en Inglaterra ocupan un lugar muy especial las fuentes de energía que revolucionaron la producción, hablaremos en primer lugar de la hulla y más tarde de la máquina de vapor.
 
Maquina de Vapor de Watt (Banco imágenes ITE)
La hulla. En Inglaterra para uso doméstico no se usaba la madera sino la hulla, un carbón de alto poder calorífico y que era muy abundante. Esta hulla se usará más tarde para fundir hierro y en otras aplicaciones. Pero para fundir el hierro había un problema, la hulla tiene componentes sulfurosos y fosfóricos que vuelven el hierro quebradizo, sería en una fecha tan temprana como el 1709 cuando Abraham Darby consiguió fundir hierro con hulla sometiendo a ésta a un proceso de calcinación que eliminaba sus impurezas, así la hulla se transformó en coque, carbón apto para la fundición del hierro colado, este invento no se difundió hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Otra innovación importante fue conectar a los hornos inyección de aire que elevaba su temperatura y así se podían utilizar otros tipos de hulla de peor calidad.

El vapor. Antes de la Revolución Industrial la única manera inanimada de producir energía era aprovechar la fuerza del viento (molinos) o del agua que tenía aplicaciones en la industria textil y metalúrgica. Los inconvenientes eran muchos. La corriente de agua podía secarse o desbordarse y el viento podía dejar de soplar. Los saltos de agua determinaban la localización a veces en sitios de difícil acceso. Por último la potencia que generaban era muy débil.
Con todo esto acabó la máquina de vapor que se convirtió en una fuente autónoma de gran potencia. Tras numerosos experimentos anteriores, el escocés James Watt perfecciona la máquina de vapor y la convierte en el verdadero motor de la Revolución Industrial. Muy resumidamente diremos que el funcionamiento de ésta se basaba en calentar a altas temperaturas una caldera de agua, el vapor del agua movía un émbolo y varios engranajes que producían un movimiento alternativo, al transformar ese movimiento alternativo en rotatorio consiguió que se pudiese aplicar a las máquinas y así éstas pudieran moverse sin la fuerza humana. Al aplicar la máquina de vapor al movimiento de máquinas industriales, éstas ya no tenían que depender de la fuerza del viento o de los ríos y se podían situar en las ciudades. La difusión de la máquina de Watt sería rápida, sobre todo a partir de 1800 que caducaron sus patentes.
La máquina de vapor utilizó hulla desde sus orígenes, no presentaba ningún problema en ninguna de sus tres aplicaciones principales: bombas elevadoras de agua en las minas, generadores de fuerza motriz para la maquinaria industrial (máquina de Watt), en las locmotoras de ferrocarriles y en los barcos de vapor.

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